La búsqueda eterna por el camino fácil es algo inherente a la naturaleza del ser humano, obtener el máximo beneficio haciendo el mínimo esfuerzo. Esta idea se aplica también en el mundo de la nutrición. Encontramos todo tipo de “dietas milagrosas” que nos prometen obtener un beneficio a nuestra imagen sin importar las consecuencias que puedan tener en la salud. Desafortunadamente esta ciencia, la nutrición, ha sido manoseada constantemente por personas que no siendo profesionales en el campo, se aventuran a recomendar estrategias, compras de productos y estilos de vida basados en experiencias propias sin pensar que pueden tener un impacto negativo en sus seguidores.
También está el caso de dietas elaboradas ya hace mucho tiempo, como es el caso de la dieta cetónica, llamada “keto” en los último tiempos, que promueve un alto consumo de proteínas y grasas, castigando los hidratos de carbono (carbohidratos), con la promesa de obtener cambios rápidos en el peso corporal, pero ignorando totalmente la graves consecuencias que esta conlleva, llámese composición corporal, metabolismo basal y aumento de lípidos sanguíneos por mencionar algunos. Desafortunadamente seguir patrones de “role models”, puede ser peligroso, como es el caso de los ayunos intermitentes, al estilo de celebridades de Hollywood.
Si bien en una persona relativamente sana este tipo de estrategias puede tener una consecuencia negativa, habrá que imaginarse a quien cursa con diabetes, hipertensión, hiperlipidemia, etc, cuyo manejo es delicado y no puede caer en manos de personas no profesionales o modas promovidas en redes sociales.
En particular, los diabéticos tienen que tener especial atención a no caer en estas tendencias, ya que el suministro de nutrimentos, en particular de hidratos de carbono, debe ser llevado de manera cuidadosa. Por ejemplo, someter a un diabético a una dieta de ayuno intermitente puede causar un baja de glucosa en sangre (hipoglicemia) con consecuencias incluso peligrosas. Los diabéticos deben consumir carbohidratos de acuerdo a su tipo (diabetes I, II, gestacional), nivel de glucosa monitoreado con la utilización de un glucómetro, y ser valorados por un profesional para determinar las cantidades pertinentes.
Como conclusión, los invito a tener mucho cuidado y no poner su salud en riesgo con modelos en boga, si requieren atención o recomendación nutricional, asegúrense de ponerse en manos de profesionales.
Escrito por Doctor Francisco Rios – Nutriologo Clínico
Clínica Nutrisistema
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